El dramaturgo y director teatral lleva a La Gleva Teatre la conversación del enciclopedista sobre los límites de la honradez humana

 Engels desarrolla un análisis histórico de la familia desde los presupuestos del materialismo dialéctico, poniendo de reduce el papel subordinado de la mujer en el seno de la misma. En su perspectiva, la auténtica emancipación de las mujeres no es la misma que reclaman las feministas. Para Engels “la explotación de millones de mujeres de la clase trabajadora está un millón de veces alejada de los problemas de las pequeño–burguesas que infestan el llamado movimiento de las mujeres”.

Los antiguos dioses “salen de sus tumbas y siguen con su antigua lucha, pero desencantados y con nuevos medios de guerra, que ya no son armas, sino abominables medios de destrucción”.[8]En contraste con los meros 

A question that only has the value we want to give to record—fiction. Mainly because heritage is what it can be, and it can not be improved. To speak of “democratic fascism” is now an oxymoron, Which would seem plain. However, way too frequently we get refuge in intellectually cozy and morally irreproachable positions, and which makes it difficult to understand certain phenomena. In this case, the nature of fascism. The classical Marxist interpretation of fascism as a defensive instrument of Funds condemns itself to understand practically nothing, and leaves unexplained the extensive adhesion obtained by a process which was only extirpated by war, a war by which the Marxists allied themselves with—capitalism.

Una institución de dos milenios de recorrido, en la que bajo la sombra de los gigantes se alberga – de forma cada vez más invasiva– el kitsch de los mediocres.

En realidad, la escuela de Frankfurt es un abigarrado taller de herramientas intelectuales donde se puede encontrar un poco de todo: las intuiciones más brillantes se codean con las amalgamas más precarias, y una crítica extremadamente perspicaz de la modernidad y sus condiciones de desenvolvimiento se ve mezclada con un empecinamiento utópico abocado al dogmatismo. Todo ello bañado en una atmósfera de virtuosismo y de elitismo intelectual que sellaba el moreñamiento definitivo entre los “intelectuales orgánicos” y la gente corriente. O lo que es decir, entre la intelligentsia progresista y el pueblo. 

Al referirse a las críticas que, en su día, algunos observadores hicieron al movimiento “Occupy Wall Road” por no plantear exigencias claras de transformación social, el autor asegura que, si este movimiento hubiera planteado dichas exigencias, habría con ello “legitimado las estructuras Adriano Erriguel de poder” y por lo tanto habría debilitado su compromiso con “la democracia participativa”.

Para salvar este escollo, los estrategas de occidente enrolan a “tontos útiles” – gente dispuesta a morir por motivos rancios como la religión y la patria – y venden la narrativa de que, en realidad, se sacrifican por nuestros valores. Un tributo de sangre para el que siempre habrá paganinis.

Today it can be difficult to understand the suicidal impulse of a civilization that, at the peak of its electrical power, organized its very own holocaust. The outbreak of the primary Earth War was celebrated being an outpouring of vitality, as catharsis and ethical regeneration. The warmongering enthusiasm realized no boundaries of ideology or course, and artists and intellectuals all over Europe were ready to be the voice of the nation.

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It is usually forgotten that this early fascism was Component of an avant-garde, complex and pluralistic cultural local weather, very distinctive from your obtuse provincialism that characterised the Nazis and their völkisch kitsch. In reality, the cultural pluralism of Fascist Italy—a country where there was virtually no intellectual copyright in anyway—has no parallel with the dirigisme imposed on society inside the Nazi period.

Además, mientras la magia dure – y mientras no se demuestre lo contrario – todos mueren por “nuestros valores”. De esta forma les transformamos en mártires vicarios y parasitamos una épica que nos viene al pelo, para dar lustre a esos valores por los que nadie quiere morir. 

Cabe nos perguntarmos, respondem todas estas formas de neoliberalismo cultural a uma patologia americana?

The real fascism took up the staging and liturgy of Fiume, but emptied them of freedom and remodeled them into a bureaucratized choreography on the assistance of a task that led Italy to disaster. The story is well-known. Having said that, some issues are frequently neglected.